Tú a Boston y yo a Lleida

Si, si, parece el título de una película, pero es que somos dos Esther unidas por muchas vivencias. Una en Boston y otra aquí mismito. 

Hace justo un mes os anunciaba la llegada al mundo de Arnau, presentándoos unos patucos que le había tejido. Mientras, y bastante antes diría yo, empezó el reto de "la manta". 

Hacía tiempo que estaba encaprichada por una lana de Lanas Stop, Nuvole para ser más exactos. Una lana parecida al tejido de toalla, amorosa 100%. Y cuando Esther me dijo que Arnau estaba en camino fui a comprarla! Tenía que ser azul y el patrón fue idea libre, por supueso marca de la casa. 

Debo decir que con unas agujas del 4 y pasadas y más pasadas de punto derecho... me cansé a la mitad, un poquito más, y la acabó mi santa madre. Ha estado meses rondando de una casa a otra (¡parecía la historia del cabezal!)

Una vez acabada tenía idea de hacerle un borde de olas y tejerle su nombre, para que los americanos vean bien como se llama ;) 

Finalmente la forramos de tela polar bien gordita, porque allí hace mucho frío y así Arnau podría dormir plácidamente. 

Esta ocasión volvimos a tener suerte, la prima de Esther iba rumbo a Boston y le pasamos la manta con los patucos para entrega en mano! ¡Un lujo vamos! Así que no tuvimos que sufrir por si llegaba o no... Con el cambio horario me fui a dormir pensando que durante la noche Esther y Jordi recibirían el regalo para su nene. Así fue, al día siguiente desperté con sus mensajes ilusionados y la emoción fue máxima al ver las fotos del peque sobre la manta, su manta, "nuestra manta"!!!! 

Y es que me encanta tejer con la ilusión y el cariño de un destinatario, por eso me agobia un poco el tema de la feria inminente, porque tejo para desconocidos... Y a mí lo que me encanta es sentir en cada punto, en cada pasada, la historia para la que se teje. Soy así, si, ¿qué le vamos a hacer?