¡Tejedoras al mundo!

Clara, Laura, Núria, Marina, Anna, Elisenda, Rosa, Begonya, Laia, Ingrid, Dolors, Annabel, Lucía... 

Estos son algunos de los nombres de mis primeras alumnas. No ha sido la primera vez que hacía de profe de ganchillo. El ayuntamiento ya me propuso hace unos meses hacer un taller en un ciclo de cursos nocturnos que hacían a jóvenes de la ciudad. Resultaron ser tres noches hasta las 12h enseñando ganchillo a chicos universitarios, en su gran mayoría. ¡Una experiencia altamente satisfactoria! 

Y cuando Claudia y Eva me propusieron ser la profe de ganchillo en el Niu Blau, me encantó la idea y no pude decir que no! Gràcies per pensar en mi!!!

No soy una maestra ganchillera, no son masterclass ni pretendo ir de experta. Simplemente disfruto de esas horas enseñando algo que me fascina, dándoles trucos en los momentos en los que, como a mí me pasó, puedan encontrar dificultades: cambiar de color, de línea, de punto, tejer en redondo... Acabamos las clases relajadas (o intentándolo!!) tejiendo un granny square y me encanta como se van a casa entusiasmadas! 

Docente de profesión. Unos ratos enseño matemáticas y otras ganchillo, todo es agradecido si disfrutas haciéndolo como a mí me pasa. Unas horas rodeada de adolescentes y de tizas y otras de tejedoras, agujas y lana!

El círculo de tejedoras aumenta, cada vez tenemos más alumnas que ya convertidas en ex-alumnas se transforman en adictas al ganchillo y a la lana... Comprobado está, si antes de acabar la clase y recién aprendido el arte del ganchillo, ya salen de allí con un proyecto por hacer!! Y a mí me encanta ver como hacen volar su imaginación y como quieren más y más y hacía unas horas no sabían ni tejer una cadeneta... ¿Me diréis que no es gratificante? 

Gracias a Claudia de Niu Blau por las fotos, a mí se me pasan las horas volando entre alumna y alumna y no hago ninguna!!