Hace unos días leía un artículo
de Núria Barrios, de hace tiempo ya, en qué decía: “Esa es mi librería ideal, formada por hombres, mujeres y niños que
cuentan con pasión lo que han leído”. A lo largo de su artículo comentaba la
importancia, y la fuerza, que tiene para la permanencia de la lectura, de la literatura,
el hecho de que se comenten los libros leídos, de que se compartan las
historias, de que éstas fluyan, de que nos hagan sacar los sentimientos
generados y podamos compartirlos con los nuestros. Deberíamos. ¿Y es que hay
algo mejor que acabar un libro y poder buscar a aquel que también LO HA VIVIDO
y compartir qué nos ha generado a cada uno? Pocas cosa son mejores que esa.
Hace un tiempo, si lo recordáis, escribí
un post sobre mi pasión por la lectura y la dificultad para combinarla con la
labor. El tejer y el leer parecían no ser compatibles, pero todo es posible en
una mente organizada y deseosa como la mía. He llegado a ser capaz de combinar
las pasiones, ello supone un ligero abandono en la labor, ¡no os voy a
engañar!, pero la satisfacción se ha duplicado. Por eso mismo he creado la
pestaña de LECTURAS,
para ir recopilando mis libros leídos, junto a las labores creadas, para que
veáis que es posible y no dejéis de hacerlo. Cualquier reseña que necesitéis de
los libros que aparecen, no dudéis en pedir y os lo cuento. Recordad, lo mejor
de la lectura es el compartir.
Empecé a ser una adicta a la
lectura de muy niña. Aún sin libros propios me atesoré de los libros de soltera
de mi madre. Organizados en una estantería a la vista de todos, pero sin ser vistos
por nadie más que por mis ansias de historias nuevas. Empecé por ellos y
después no pude dejarlo. Así como se pregunta ¿cómo empezaste a tejer? ¿Quién te
enseñó? También se puede pensar en ¿por qué empezaste a leer?
A los niños se les castigaba sin
salir a jugar o sin televisión. A mí, no. A mí me quitaban el libro. Me lo
requisaban hasta nuevo aviso. Elegía los libros que quería leer yo misma, no
tenía censura. Y aún recuerdo como a mis doce años, mi madre retiró un libro de
mi vida por los lloros con los que me veía con él en mano. Después de ése
llegaron otros y junto a las novelas me apasioné por la poesía. Ella era la que
me hacía pensar más en mí, adentrarme en cómo estaba. Entonces supe que la lectura
me acompañaría siempre. No negaré mis lecturas a escondidas, para que nadie
viera qué suscitaban en mí aquellas líneas.
En todos mis traslados han venido
conmigo, cajas y cajas. No niego alguna pérdida terrible, las mudanzas son
hijas del demonio. Y vivir ahora en un piso de 45 metros cuadrados siendo dos
fanáticos de la lectura y del cine, no es tarea fácil, y más pensando en los
kilos de lana a sumar a todo esto. No renuncio al papel, larga vida. Y prefiero
las dobles capas de libros a los pdf. Aunque agradezco la existencia de mi
kindle, de verdad de la buena.
Leía en el País el otro día un artículo
de Patrícia Peyró sobre los “anotadores
de libros”. He aquí una de ellas. Leo con lápiz y papel en mano, siempre.
Subrayando, anotando, poniendo asteriscos, notas, buscando información e
imprimiéndola y dejándola en la página en cuestión… Estudio cada libro que cae
en mis manos, sí. Y ese proceso lento, igual que tejer calcetines con cinco
agujas, es lo que me da la paz que mi mente necesita. Leer, anotar, parar,
pensar. Volver a leer. Soy metódica, lo sabéis. Pero pienso que los libros hay
que vivirlos y lo mejor para interiorizarlos es escribir en ellos, hacerlos tuyos
y luego compartirlos. Volver a ellos con los años y releerlos (revivirlos) a
través de tus propias notas. Ver cómo has cambiado, cómo ahora lo vives
distinto. Una Esther diferente se enfrenta a unas notas de otra Esther. Por eso
también es bonito compartir libros con los que quieres, porque viendo sus notas
entiendes cómo esa persona ha vivido el libro y cómo llega a ti de manera
distinta. Porque el mismo libro nos abduce de mil maneras. Como a Elena Medel con la antología de Machado
de su madre, lo mismo.
Y termino este post por dónde lo
he empezado, por la necesidad de compartir la lectura. De hacer aún más viva la
historia, el ensayo o el poema, de sacarle jugo y descubrir otras visiones por
otros ojos que no son los nuestros y que han vivido esas mismas líneas.
Y me hace recordar Farenheit 451, dónde Bradbury hacía que el mundo se deshiciera de los libros. Tal vez por eso los vivo tanto, porque compartiéndolos y memorizándolos haremos que nunca se pierdan. Por si acaso ;) ¡Compartamos las lecturas! ¡Que no mueran!
Las fotografias son pequeñas partes de mi humilde biblioteca.
Qué precioso post Esther, me ha tocado la patatilla ¡en serio! A mi también me encatusa leer, si preguntas a cualquiera que me conazca dirá que me recuerda allá donde voy con un buen tocho entre las manos :) Es cierto que no siempre con la misma intensidad, algunas veces paso alguna temporadita (corta) sin leer nada, lo cual creo que también es bueno. Oxigena y cuando vuelves a enamorarte de unas páginas las vives como si fuera la primera vez. También soy fiel defensora del libro, del olor a papel y tinta; y de los libros ajados, con vida. ¡Nada de libros sin marcas e impolutos! pero es cierto que desde que Haritz me regaló mi Nook, ya si que no hay escusas para leer en cualquier sitio. Es la mar de cómodo, la verdad sea dicha...
ResponderEliminarTe sigo de cerca y voy a echar un ojo a esos títulos para enamorarme pronto de algún otro :)
Me ha tocado la patatilla, me encantusas de verdad, ya lo sabes. Lo bueno es eso, enamorarse de unas páginas. Hacen que esa historia se quede para siempre contigo, forme parte de tu vida. Por eso es tan bonito compartir esas historias que nos enamoran. Y sí, yo desde que tengo mi kindle, también viene siempre conmigo. Mira la lista de lecturas, mira!!! Se aceptan recomendaciones-enamoramientos :) Un besote
EliminarEstoy contigo con el gusto de poder compartir la lectura
ResponderEliminar¡Claro que sí! ¡Compartámosla! Un abrazo
EliminarBonica! per mi la lectura m'ha de desconnectar del tot, i per aixó necessito aventura, diversió emoció, al revés de tu no vull que em facin pensar en mi ni en com soc ni res, vull que em facin viure coses impossibles de viure. tot i aixó es cert que m'agrada poder.ne parlar amb algú que hagi llegit el mateix llibre que jo, si, és un gran moment.
ResponderEliminarper cert, no m'ha passat desapercebut un gatet blanc en una de les fotos, i sent tú, dubto que sigui casualitat, gràcies!
És que tu i jo som completament diferents, potser per això em complementes tan bé. Perque som oposades. Jo estic una mica loca... això sí. Gràcies per passar per l'Atelier, en certa manera segueix gràcies a tu que em fas seguir sempre!!!! muà!
EliminarMe ha encantado el post. Me ha gustado mucho mucho... yo también soy una adicta de la lectura, pero en mi caso totalmente compulsiva. Cuando me engancho con un libro no existe lo de la lectura pausada. Lo devoro. Me lo leo de arriba a abajo casi de una sentada. Eso provoca que al final casi no lea durante el año, porque de verdad que entonces no duermo. Los libros me pueden durar uno o dos días cuando los pillo en verano. Así que reconozco que durante el curso no leo todo lo que me gustaría, o lo que solía... pero este año estoy con el firme propósito de leer más y más o menos lo estoy consiguiendo.
ResponderEliminarMe ha parecido una idea genial eso de hablar de libros. Es especial eso de poder comentarlos con la gente cercana. Así junto a tus post de pelis voy aumentando mi lista de libros de leer. ;)
Gracias!!!! Me encanta que te haya gustado. Ahora podrás apuntar libros y pelis. No os voy a dejar tiempo libre. Cualquier cosa sobre unos u otras me dices. Y sí, es cierto que hay temporadas para todo. No siempre podemos estar al pie de cañón para disfrutar de todo lo que quisiéramos pero cuando se enamora una de unas páginas se enamora. Un besote
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