“Recuerda
que tú existes tan sólo en este libro,
agradece tu vida a mis fantasmas...”
agradece tu vida a mis fantasmas...”
Luis García Montero
Historias que nos transportan a
los sueños más profundos, que nos hacen imaginarnos en otros mundos, rodeados
de otra gente, sintiendo aquello que, tal vez, desearíamos. Los libros nos
hacen proyectar todos nuestros “yos”, nuestros personajes salen de sus cajas.
Berta intentó tirar adelante con
una cadena de libros. No funcionó. La gente es reacia a regalar a desconocidos.
No siente curiosidad por sorprender. No le debe aportar la adrenalina que nos
produce a otros tantos. Así que visto lo visto, decidí hacer dos envíos. Un kit
romántico para cada una. Berta y Soraya.
Luchadoras, locas, pensantes,
sensibles, soñadoras, apasionadas. Me transmiten tantas cosas estas dos mujeres
que pactamos hacer nuestra cadena. Porque sí. Porque si los demás no quieren, nosotras valemos oro, ¡qué digo oro! Más que oro.
Sabía que quería libros
especiales para ellas. No tuve duda: Alice Munro y Jhumpa
Lahiri. Imprescindibles. Libros para poner la piel de gallina. Para leer
con el rollo de cocina a tu vera. Indicados solo para corazones sensibles pero
resistentes. Perfectos para ellas. Relatos breves, de los que a mí me gustan.
Para saborear cada pocas páginas. Parar, pensar, recapacitar, absorber y volver
a empezar.
Junto a la lectura iba un trocito
de historia. Una puntada de pasado en blanco y negro. Recordé una librería, El Genet Blau, dónde hace un tiempo encontré unas postales de los años 20. En blanco negro y semi-coloreadas, como
antaño hacían. Escritas, enviadas y recibidas. Vendidas después e imposible
pensar por cuántas manos habrán pasado. Pensé que sería ideal añadir a su libro
un trocito de historia vivido por otra mujer. Una felicitación, una frase de
perdón, una fecha especial, un recuerdo para no borrar… En muchas ocasiones
solían ser fotos propias. De esas que se hacían en fotógrafos profesionales y
luego se enviaban a los familiares en fechas señaladas.
De pequeña me entusiasmaba revisar la caja de postales de mi madre. Aún hoy en día la remiro de vez en
cuando. Había fotos como estas. Alguna de ellas con alguna de mis tías. Foto
familiar que había viajado por España con una felicitación hacía mi madre. Es
curioso como en la mayoría de aquellas postales; igual que en estas que he
comprado para Berta, Soraya y para mí, se felicitaban el día del santo. Como si
fuera lo más normal. Enviar una postal el día de la onomástica. Curiosidades.
Retales de historias de la mano del cartero.
Un lazo de lana, tejido a
tricotín en rosa y verde, ataba el kit romántico. Madrid y Pamplona, mis
primeras paradas lectoras. Tengo más románticas en mente, así que me parece que
no serán los únicos envíos. Atención a sus buzones...
Que bonica que ets!
ResponderEliminarLa veritat és que és molt trist que no hagi funcionat!
L'Arbre dels Llibres de la peque va quedar nomes amb un llibre que em va enviar una amiga perque la filleta li feia pena!
Tu si que ets bonica que sense els teus comentaris això no té llum ni color ni res!!!! muà! jo ja en tinc un en ment per la filleta, per a tu i per a mi! l'he de comprar!!!!!
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