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lunes, 29 de mayo de 2017

Arroz Montevideo

“En las fotos que guardo en el álbum familiar, hay fotos que se asemejan entre generaciones distintas. A veces miro algunas fotos de mi madre siendo joven o en edad adulta, regando una maceta, leyendo un libro, sentada en la arena de la playa frente al mar, y reconozco gestos propios en cada una de esas fotos. Este es un ejemplo del porqué de que crea a tan ciegas que la fotografía y la poesía son la misma cosa. Un gesto basta para hablar del pasado, del presente, de la nostalgia o de un crimen. Yo sé que tengo algo de los ojos de mi madre en los míos, algo de sus manos. Si la palabra es inútil, la utilizamos para tratar de acercarnos un poco a aquello de lo que quisiera hablar el corazón, si ese de verdad fuera el órgano capaz de hablar de amor.”

Herrera Peralta, Sara. Arroz Montevideo. La isla de Siltolá (2016)


De vez en cuando todos tenemos ataques de nostalgia. Volvemos a nuestra casa de la infancia con la necesidad de repasar fotos. Localizamos el álbum y nos sentamos en aquel sofá donde un día merendábamos ese pan con mantequilla, bien espolvoreado de cacao. Mejor si estamos solos, en silencio con el blanco y negro. Revivir momentos, recordando exactamente quien había tras el objetivo, quien enfocaba e inmortalizaba. Cada fotografía hace rememorar una escenificación, una vivencia que quedó en un trocito de papel. Si recuperamos imágenes aún más antiguas, tiene razón Sara, identificamos en ellas gestos familiares. Últimamente he reconocido mi sonrisa actual en las fotos de mi madre. Hacemos un mismo gesto, idéntico, que yo siempre había negado. Está ahí. Igual que la mirada, este brillo en mis ojos cuando sonríen también es herencia. Los ojos de mi padre ríen igual, las fotos lo dicen, en ellas se ve.

La poesía de Sara, la más reciente, se centra en las herencias. En los abuelos perdidos, en lo que ha quedado de ellos y que perdurará para siempre. Por eso me atrapa, por eso decido quedarme con ella. En esta su primera novela, Arroz Montevideo, hace algo extraordinario. Un viaje de recuperación de la memoria. Comparte con el lector su biblioteca, sus exposiciones, sus marcas en los libros. Esas relecturas que podemos hacer tras nuestros subrayados o exclamaciones al margen. Ella las transcribe, las comparte haciendo que sean un poquito más nuestras. Ampliando así nuestra lista de pendientes. Descubriéndonos personajes con historias sorprendentes como Louise Bourgeois o Camille Lepage, entre otras. Reseguimos su sendero a través de la literatura que llena sus días. Siempre había pensado que sería fascinante poder recopilar todo lo que me ha embriagado en cada lectura, ella lo hace. La admiro por ello y le agradezco infinitamente que haya compartido esa vivencia personal, ese viaje a por la tía Lola con nosotros.


Recorrer el camino por el que dejaron sus huellas los muertos, a veces lo hacemos. Reseguir sus pasos, desandando lo andado por ellos. Si cuento a mis cuatro abuelos, he perdido ya a catorce familiares directos. Desde niña he ido despidiendo a mis seres queridos antes de tiempo. Alguno de ellos en circunstancias trágicas, traumáticas, imposibles de borrar. Esos adioses viven para siempre con nosotros. Aprendemos, aunque cueste, a convivir con hospitales y tanatorios, conocemos las calles de los cementerios. Nos hacemos expertos en el ritual del adiós. Asimilamos el dolor y seguimos caminando. En el libro encontré una afirmación que me hizo cerrarlo y dejar en reposo. Cómo las fotografías de todas esas personas que nos han dejado siguen ahí… en el mismo sitio del álbum, sin moverse, al lado de los vivos. Seguimos pasando páginas y esas imágenes no se han disuelto. Permanecen al amparo del recuerdo. Por eso, también yo, pienso que la fotografía es poesía. Porque se dirige a lo más secreto que nos acompaña.

Reflexiona sobre cómo estas situaciones de desgarro nos pueden lanzar a la escritura, cómo la palabra es capaz de calmar la herida, de cauterizar el agujero. Muchas veces nos invitan a salir, cámara en mano, a buscar en la fotografía aquello que sentimos. Capturarlo en el exterior, crear esa poesía visual que explicará el dolor, la vida. Sus páginas nos invitan a relacionar nuestras lecturas con lo que vivimos, a recuperar noticias del periódico, enlaces encontrados al azar, a adentrarnos en las pinturas para hallar lo que buscamos, a excavar en los exposiciones encontrando el mensaje escondido que nos regalan. Cada página de Arroz Montevideo me permitiría tirar de un hilo distinto. Crea una telaraña magnífica de pensamientos, de nuevas ideas para escribir sin parar, ¡posts infinitos!

Trata de la poesía, del dolor, de la pérdida, de la escritura. De encontrar respuestas en mujeres como Bourgeois, Lapage, Salwa Al Neimi, Joan Didion, Anne Carson, María Zambrano,  Eudora Welty, Alexandra Boulat… ¿sigo? Nos regala la historia de su tía Lola, historia con más silencios que mentiras. Historia que dibuja círculos espesos en los ojos y grullas de origami con arroz para los muertos. Y también para los vivos. Porque hay muertos que están muertos y otros que están vivos. Pensando en ellos, unos y otros, decidí bordar la grulla. Dibujarla con hilo, como Lola y Céline lo hacían con arroz. Para no olvidar lo que ha supuesto su lectura, la generosidad de Sara Herrera Peralta y la gran lista de sensibles tareas que nos ha dejado pendientes su lectura. 


7 comentarios:

  1. Preciós! A mí m'encanta mirar les fotos de la iaia que tenim en una vella capsa de sabates. M'agrada i alhora em fa vindre tristor de no reconèixer qui són aquellos persones y que ja no hi ha la iaia a la vora per explicarme qui són. Son un tresor

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  2. T'encantaria. De debò. Saps què? ets la meva súper fan... te mereces algo... m'encanta que apareguis cada setmana!!! gràcies! muà!

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  3. Ohhh Esther que bonic!!! M'encanta veure el teu gust per la lectura​, jo també ho comparteixo i no hi ha res mes chulo i emocionant que tenir un bon llibre a les mans!!! Jo disfruto molt llegint i m'agraden molt els teus escrits!!!!! ����������

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    1. Aiiixxxx gràcies Yolanda, que bé que passis per aquí i que t'agradi. Compartir el què més m'agrada, i sobretot lectura, fa que altra gent en pugui gaudir i potser estimar-ho tant com jo ;) Abraçades gegants!

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