“Y cuando los augurios por la vida nueva y la felicidad futura empezaron a reiterarse con énfasis y efusión, ella se puso en pie, acelerando la despedida, marchando sobre todas aquellas palabras como sobre hojas secas.”
Teresa
Mancha se enamoró de José Espronceda. Espronceda cayó rendido ante la dulce
Teresa. Una apasionada por la literatura conoce la historia de Teresa y
Espronceda. Sabe que dicen, que comentan, que cuchichean que existió el romance
del poeta con la esposa de Gregorio. Una lo sabe, lo ha buscado y leído en
algún momento y tiene un mínimo conocimiento de los hechos. Es entonces cuando
la literatura le regala a una que sea Chacel quien le explique la historia.
Menudo regalo.
Fue Ortega
y Gasset quien encargó a Rosa Chacel una novela para su colección de Vidas extraordinarias del S.XIX que
publicaría luego la editorial Bruguera. Rosa se decidió por Teresa, por la musa del poeta romántico.
Decidió que escribiría a partir de lo poco que se sabía. A partir de los pies
chiquititos de los que se enamoró el del canto a la “espíritu indomable”.
Teresa. Gran decisión la de Chacel. Tras terminar su lectura no he podido leer
nada más que no sea ensayo o poesía. No quiero perder todavía esta sensación
que ha dejado en mí. Teresa sigue viviendo conmigo, mientras no aparezcan otras
historias. No puedo incorporar nuevos personajes porque su recuerdo aún late en mí.
La novela empieza con un cartel de advertencia escrito por la propia Rosa.
En él hace hincapié en el porqué de su apuesta por ese personaje y la dificultad que le supuso
crear un alma interesante. ¡Habla de crear un alma interesante! Y lo logra,
señoras y señores. Lo logra inmensamente. Porque lo que acaba sin ser lo más
importante es la historia en sí, porque lo que cuenta es la intensidad de
Teresa. Porque Chacel hace que viva cada segundo con una fuerza tal que tras la
última página… es como si apagarais la luz. Oscuridad, Teresa ya no está.
Las emociones, los sentimientos, el amor, el dolor, la contundencia de la
vida son narradas de manera bárbara por esta mujer a través de los ojos de
Teresa. El miedo salta las páginas del número 63 de Bruguera para dejarte la
piel de gallina. Porque el amor solo pierde su encanto cuando la imagen del
ídolo se deforma. Como acaba deformando Chacel a Espronceda. Como acaba
transformando Chacel a la dulce Teresa.
Página tras página, en una letra minúscula y casi sin márgenes, no hay
párrafo sin sustancia. En sus más de 300 páginas cada descripción te
transporta. Descripciones físicas magistrales, capaces de hacerte recrear cualquier
estancia u objeto. No olvidemos que ya venía yo de leer Barrio
de Maravillas y ya llegué fascinada tras la descripción de 30 páginas sobre
un rayo de luz. Impecable descripción, pocos podrán ser capaces de escribir
algo así. Descripciones de sensaciones o emociones de Teresa que te hacen sentir
realmente, que te dejan con el hilo pendiente de volver a vivir esa situación.
Una Teresa que luce una sonrisa llena de secretos, como si guardara cosas para
otro día. Siempre esa sensación de que volverá para explicar más de lo que
explica, porque necesitas más. Quieres que te lo cuente todo. Porque sabes cómo
se siente, porque empatizas y parece que escriba para ti, que escriba sobre ti.
Entras tanto en el libro que formas parte de su vida, eres ella. Deseas decirle
qué hacer, deseas que no se sienta cómo hace, que luche, que ame con garras y
dientes. Que le dé al ruiseñor corazón como alimento…
Pocos libros calan en las páginas de vida de una. Tantas lecturas pasan por
nuestras manos sin pena ni gloria… Pero es mágico encontrar aquella o aquel
escritor que ericen siempre el relato. Es cautivador que no deje de
sorprenderte, escriba lo que escriba. Que sea imposible leer sin lápiz a mano
porque parece que pierdes fragmentos de vida que deberás y necesitarás releer a
posteriori. Que un buen día necesitas expresar cómo te sientes y sabes que si
recurres a Chacel, ella lo habrá escrito. ¿Es o no es mágico lo dicho? Lo es.
Cierro la última página y me acaricia la mirada de Teresa. Pasa a formar
parte de mis recuerdos, como si hubiera estado aquí a mi vera. Como si ella
misma me hubiera explicado su historia. Porque Chacel ha conseguido que aún después
de cerrar la última página nos siga uniendo ese silencio.
Transmets tan bé el que et fan sentir els llibres!!! M'encanta!
ResponderEliminarTu si que m'encantes!!!! Gràcies, bonica!!!!!
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