En el
cajón de las fotografías había una caja llena de postales. Todas dirigidas a mi
madre y la mayoría con una misma misión: felicitarle el día de su santo. Desde
que sus hermanas mayores y sus primas habían abandonado el pueblo para ir a
servir a la ciudad, no olvidaron ningún año su misiva el dieciséis de julio. Me
gustaba leer esas tarjetas e imaginar la cara de mi madre. Unos ojos que no
habían salido nunca del Pirineo y que recibían no solo imágenes del barullo
gris sino muestras de cariño y de recuerdo que ella aún conserva a día de hoy.
Analizando lo que
contenía la caja fui capaz de establecer el tapiz de
relaciones de mi familia. Aquellas que dejaron de escribirle, las que lo
continuaron haciendo no solo ya en fechas señaladas, las que necesitaban
contarle sus aventuras y desventuras en tan poco espacio de papel. Las que
siempre estuvieron ahí, las que no. Me di cuenta entonces cómo es posible mediante esas relaciones epistolares formar el tejido
que explique la amistad, los lazos, los secretos, las vidas de dos personas
unidas por un sello.
Seguramente esa sea una
de las razones por las que el trabajo de Tània Balló me deleitó desde el principio.
Porque ella había hecho a gran escala lo que yo disfrutaba haciendo ya de muy
joven entre mis mujeres. Porque ella a través de esas búsquedas, lecturas y conexiones,
me descubría a un conjunto de mujeres que fue vital para el transcurso de la
historia: Las Sinsombrero.
Las hubo, como mi madre,
que guardaron ellas mismas todas las cartas. Carmen
Conde consiguió así salvaguardar la memoria y poder crear la red entre las
autoras exiliadas y las que se quedaron en la España amordazada. Delhy Tejero dejó escritos todos
esos nexos en su Cuadernines, la cuestión era dejar constancia a puño y letra
de todo lo que acontecía y traernos a nuevas protagonistas a escena. Así lo hicieron sus diarios acercándonos a Rosario
de Velasco, por ejemplo. Conocemos la relación de Lucía
Sánchez Saornil con la mismísima Emma Goldman, mediante
una carta en la que le cuenta sus periplos. Poemas dedicados con los que comprobamos el amor, la necesidad y la sororidad existente entre ellas;
como el de Concha
Méndez a Consuelo
Berges. O cómo hablan entre dos de una tercera, como una carta entre Berges
y Carmen Conde nos lleva hasta Margarita
Ferreras. Hilos conductores que nos ayudan a dibujar el entramado.
Tener un cómplice como mi
hermano hizo que de nuevo se cumplieran mis deseos. Quería darles ese azul y
ese oro que veis. Hacerles un pequeño homenaje como una necesidad de cerrar el círculo, quizá, o puede que como una urgencia en forma de agradecimiento por el
regalo de sus recuerdos. Gracias a Xavi por
estas maravillas ilustradas, porque no las dibujó mirando fotos simplemente,
sino conociendo todas y cada una de las historias. Gracias a Tània, por no cesar en el
empeño de dar vida a la historia silenciada, de hacernos conocedoras de todas
estas vidas que hacen la nuestra más plena.
Como dijo Miguel
de Unamuno y certificamos con ellas, con nosotras mismas, “Me gusta escribir cartas, es lo más lírico y menos ilativo”, lo
que él llegó a llamar su epistolomanía, por no querer dejar nunca de escribir
cartas, justo eso: ese ansia viva, ese afán escribidor gracias al que podemos
saber y enhebrar el hilo del tiempo.
*** Podéis comprobar que os compartimos las ilustraciones sin marca de agua ninguna, pero que están firmadas por su autor, Xavi Riba, y por lo tanto tienen nuestro copyright y su uso o reproducción están completamente prohibidos. Gracias por la comprensión al esfuerzo y las horas invertidas.
Felicitats al Xavi son precioses!! El llibre me l’has de deixar!
ResponderEliminarGràciessss!!! Proper dia te'l porto, això està fet!
EliminarQuina preciositat! M’encanten!!!!!!!
ResponderEliminarGràcies, bonica! És un artista ;)
EliminarNo sé qué va a pasar ahora que todo lo que escribimos se lo traga “la nube”....no hay legado escrito, todo es virtual. Aunque para lo que se escribe, quizás sea mejor así.
ResponderEliminarLas sin sombrero fueron mujeres de una pieza, admirables.....y tan poco conocidas y reconocidas.
Me gusta mucho tu post, es un bonito homenaje. Y las ilustraciones son maravillosas.
Gracias¡!
Gracias, Gema, animan mucho tus palabras en cuanto al texto y las ilustraciones.
EliminarLo que dices del legado que perdemos... de un tiempo a esta parte, este blog se dedica a recuperar recuerdos, como si el hecho de volcarlos aquí y escribirlos los hiciera un poco más reales, los recuperara... No nos queda otra. Un abrazo.
Hola. Las sinsombrero son una gran inspiración y mientras más se les estudie, mejor. Pero la ilustración que lleva el nombre de Consuelo Berges no es de Consuelo. El dibujo está basado en una fotografía de Matilde de la Torre, maestra, escritora, folclorista, diputada, tía de Consuelo Berges.
ResponderEliminar