Supongo que para toda tejedora pasar de bufandas a chales es un orgullo tremendo. ¿Qué os voy a decir yo? Estoy más que satisfecha ;)
Después de recibir para mi cumpleaños el hilo más bonito que había visto jamás... decidí que debía ser para un proyecto especial. Y así fue cómo me decidí a tejer mi primer chal. No ha sido tarea fácil, no lo obviaremos, porque empecé un patrón lleno de piñas y lo deshice. ¿Por qué? Porque el chal no adquiría la textura y delicadeza que yo estaba buscando. Así que a más de la mitad, decidí deshacer, deshacer, deshacer...
Y encontré el chal que yo buscaba, el Elise. Fácil, a ganchillo y sobretodo esponjoso, muy esponjoso... Y en tiempo récord aquí tengo mi chal!!! Os dejo el enlace para las que queráis haceros uno, yo se lo copié a Magdalena de El Ganchillo Engancha y allí mismo tenéis el patrón. Ella lo hizo en diferentes colores y le quedó precioso.
Y aquí está mi chal...
Aunque no creo que lo lleve mucho como chal, y más al cuello tipo pañuelo, estoy feliz y cuánto más lo miro más feliz soy. ¡Qué cosas tiene el tejer!