Reflejos de vida

Me gusta el agua rosa de lavar las fresas.

El reflejo del sol en el edificio al otro lado de la calle. Me deja ciega todas las tardes de invierno.

Me enamora ver bostezar a Obi. Captar esa imagen y retenerla me da paz.

Que me venga un poema determinado a la cabeza. Buscar el poemario en mis estantes. Localizarlo. Recitarlo en voz alta para mí. Darme cuenta que está en mi ficha del mismo con un asterisco. Ese papelito de color al principio de todos mis libros.

Me encantan los abrazos. Envolventes y calmantes cuando los necesito. ¿Lo mejor? Que los que quiero saben cuándo me hacen falta.

El despertar de los tulipanes. Olvidados en noviembre y saludando en cuanto el sol empieza a calentar. Verlos desde mi ventana en cuanto abro los ojos.

Me fascina preparar mi té preferido. Ese que no es fácil de encontrar. Ese que guardo como oro en paño. El que tan sólo hago en tardes “para mí". Del que regalo sobres de vez en cuando a mis preferidos como el mismo té. Su olor, ese olor.

Recibir mensajes por sorpresa. Sin saludos. Ingeniosos. Los que me hacen sonreír y me dan energía para seguir la tarde. Encontrar notas o cartas manuscritas. Que me llegue la palabra escrita. La que queda. La que calienta con el tiempo.

¿Y a ti? ¿Qué te gusta, enamora, encanta o fascina de la vida? Carpe diem y no os perdáis los bostezos gatunos.